Ecuador.– El 9 de octubre es una de las fechas cumbre de Ecuador.Fue ese día en 1820 cuando un grupo de patriotas liderados por el poeta guayaquileño José Joaquín de Olmedo y por José de Villamil, pusieron fin al dominio de la corona española en la ciudad de Guayaquil.
La revolución pronto se extendió a toda la provincia de Guayaquil, un territorio de 53.000 km² que entonces comprendía lo que hoy es Guayas, Santa Elena, Manabí, Los Ríos, El Oro, Cañar, así como parte de Esmeraldas y Tumbes.
La independencia de Guayaquil marcó el comienzo de la guerra de independencia de la Real Audiencia de Quito, hoy llamada República del Ecuador, como parte de las guerras emancipadoras de Hispanoamérica.
El sábado 7 se esparcieron rumores de que el gobernador Juan Pascual Vivero había descubierto la revolución. A pesar de las dudas de ciertos participantes, Febres Cordero los animó para seguir con el plan.
Ya el domingo 8, el gobernador Vivero ordenó a los granaderos el patrullaje sobre el malecón. Luego de los controles volvieron a los cuarteles. Cerca de las 20:00, Febres Cordero y Damián Nájera, perteneciente a la Brigada de Artillería, acudieron al cuartel de la brigada, ubicada en el antiguo edificio Crillón, en la actual plaza de la Administración. Los casi 250 efectivos del sitio se sumaron a esta causa.
Dos horas después, los insurgentes se tomaron el cuartel de los Granaderos de Reserva, situado en las actuales avenida Malecón y 10 de Agosto, y también los bajos de la entonces Casa Consistorial, que era la sede del cabildo local.
Urdaneta y Antepara se tomaron la Batería de las Cruces, en el sur de la ciudad. Luego acudieron hacia el cuartel de la Escuadra Daule, en el que murió, entre otros, Joaquín Magallar, jefe del batallón.
Al borde de la medianoche, los patriotas apresaron a Benito García del Barrio, comandante de los Granaderos de Reserva, el batallón más numeroso acantonado en la ciudad. Las tropas se tomaron la vivienda de este jefe militar, en el predio donde hoy se asienta la Biblioteca Municipal, en 10 de Agosto y Pedro Carbo.
Cerca de las 04:00, los revolucionarios se apoderaron del Fortín de la Planchada. A esa hora, el gobernador Vivero ya había sido apresado. Los demás jefes militares de la provincia se entregaron.
Al brillar la aurora gloriosa del 9 de Octubre de 1820, los patriotas gritaron que Guayaquil era libre del Reino de España.