Machala.- Dos mujeres que años atrás fueron víctimas de abuso sexual, por personas de su mismo círculo familiar rompen el silencio.
Su historia se remonta a su niñez, las llamaremos Lourdes y Patricia para proteger sus verdaderas identidades.
Lourdes, tiene el 50% de discapacidad intelectual, esto debido a un descuido de su madre, pues cuando era apenas un bebé accidentalmente cayó desde una hamaca. Producto de aquello se le desvío la columna y un golpe en la cabeza le habría provocado la discapacidad según Patricia, su hermana.
Lourdes cuando era apenas un niña fue abusada sexualmente por uno de sus tíos políticos, hecho que quedó guardado como un secreto familiar.
Patricia nos cuenta que son 3 hermanos; un varon, su hermana y ella. Cuando tenía 10 años y su hermana 12 años, sus padres se separaron, el varón se quedó con el papá y la madre se las llevó a vivir a una bananera con su padrastro, donde se volvió a repetir la historia no sólo con Lourdes, sino también con Patricia.
Con lágrimas en los ojos y bajando la voz, Patricia nos contó algo que nunca lo había comentado por temor y vergüenza «mi mamá sabía que su pareja nos abusaba a mi y a mi hermana pero ella no decía nada, eso pasó por algún tiempo».
Luego, un día cansadas del abuso, esperaron la oportunidad para salir corriendo y escapar del lugar «corrí y corrí con mi hermana hasta llegar a la carretera tome un bus y me vine a Machala, luego tome un taxi y llegue a casa de una tía, mi mamá nos fue a buscar para volvernos a llevar pero como le conté todo a mi tía, ella golpeo a mi mamá y no permito que nos lleve de vuelta» dijo Patricia.
Con todo lo que había pasado su familia opto por enviarlas a una casa de acogida, Patricia a los 16 salió de ese lugar, formo un hogar y tuvo 3 hijos.
Por otro lado Lourdes fue enviada devuelta a casa de su padre, quien había vuelto con su progenitora.
Años después Patricia rompió su matrimonio y regreso a vivir a casa de su padre con su hermana, pero para sorpresa de ella su hermana se encontraba descuidada, porque su padre salía a trabajar y no pasaba en casa.
«Mi mamá, mi hermano y la mujer de él vivían allí pero no la cuidaban a mi hermana y pasaban solo tomando y haciendo problema en el lugar, mi cuñada golpeaba a mi mamá» indicó Patricia.
Ella junto a su familia hicieron que salga de la vivienda su madre, hermano y cuñada, pero se sienten en peligro porque temen que ellos vuelvan a querer vivir con ellas.
Es así, como estas mujeres de escasos recursos, que habitan en el barrio «El Porvenir» de Machala, claman ayuda de las autoridades, sobre todo psicológica y de protección porque las secuelas siguen latentes.
Por: Bryan Calvache