Ecuador.- La salud es un tema prioritario en Ecuador, donde la cultura de prevención aún es limitada. Según la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada 5 personas en el mundo padece hipertensión y la diabetes afecta aproximadamente al 7% de la población global. En Ecuador, con una población de alrededor de 18 millones, solo el 8% cuenta con un plan de salud privado, lo que representa aproximadamente 1,44 millones de personas, mientras que alrededor del 50% de la población tiene acceso al sistema público a través del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).Esto deja a una gran parte de la ciudadanía con limitaciones en el acceso a atención oportuna, generando hábitos de automedicación que pueden resultar peligrosos. De hecho, un estudio realizado en la provincia de Manabí reveló que el 82,9% de la población se automedica, y de estas personas, el 81,7% adquirió antibióticos sin receta médica.
La falta de cultura preventiva también tiene un impacto económico significativo. Las enfermedades crónicas no solo afectan la calidad de vida de los pacientes, sino que representan un gasto creciente para los sistemas de salud. Invertir en educación, hábitos saludables y prevención reduce complicaciones a futuro y promueve un estilo de vida más pleno.
La tecnología puede ser una aliada para la prevención, siempre que se utilice correctamente. Consultas médicas virtuales y seguimiento profesional permiten identificar riesgos antes de que se conviertan en problemas mayores, evitando así depender únicamente de información no validada en internet o automedicación.
«La salud es vital. No debemos esperar a sentirnos mal para acudir al médico. Prevenir es tan importante como curar, y nuestra labor es apoyar a las personas a generar hábitos saludables y conciencia sobre su bienestar», comenta Julio Tarré, gerente de Plan Vital.
En definitiva, la prevención es un compromiso personal y colectivo. Con educación, hábitos saludables y acceso oportuno a profesionales de salud son los pilares para transformar la manera en que enfrentamos las enfermedades crónicas en Ecuador. La clave está en generar una cultura de prevención y educación en salud, para vivir más y mejor.