Los Ríos.- El olor a descomposición alertaron a los trabajadores agrícolas del recinto Peñafiel de Abajo, en el cantón Mocache, provincia de Los Ríos, la mañana de hoy 1 de agosto.Lo que parecía ser un día común de faena en una plantación de maíz se transformó en una pesadilla cuando, entre la maleza, los campesinos se toparon con varios sacos plásticos abandonados.
Lo que había dentro dejó sin palabras a los presentes: tres cadáveres desmembrados, meticulosamente distribuidos y envueltos con brutalidad.
Los agricultores, conmocionados, dieron aviso inmediato a la Policía Nacional, cuyos agentes llegaron rápidamente al sitio, ubicado en una zona rural de difícil acceso.
Al abrir los sacos, confirmaron la magnitud del crimen: los cuerpos habían sido decapitados y se encontraban seccionados en un total de quince partes. Cada uno presentaba señales claras de tortura, y todos estaban atados de pies y manos con cuerdas plásticas.
Jairo Barrera, jefe del Distrito de Policía de Quevedo y Mocache, fue quien encabezó la intervención policial en el área. En declaraciones ofrecidas horas después del hallazgo, confirmó que, además de los restos humanos, en las inmediaciones del sembrío se encontró un cartel con un mensaje amenazante.
El texto, escrito a mano en una lona plástica, contenía advertencias dirigidas a una organización delictiva, lo que refuerza la hipótesis de un posible ajuste de cuentas entre bandas criminales.
“Estamos frente a un crimen extremadamente violento y con características propias del crimen organizado. Por la forma en la que fueron abandonados los cuerpos, podemos decir que se trata de una escena secundaria, es decir, las ejecuciones no ocurrieron aquí. Fueron asesinados en otro sitio y luego trasladados para ser arrojados en este lugar”, detalló Barrera.
Las víctimas, hasta el momento, no han sido identificadas oficialmente. Sin embargo, las autoridades presumen que estos homicidios estarían relacionados con la masacre registrada el pasado domingo en la parroquia El Empalme, en la provincia del Guayas, donde al menos 17 personas fueron asesinadas, entre ellas varios adolescentes.