Galápagos.- La embarcación se hundió y dejó cuatro fallecidos.Es incidente ocurrió la noche del domingo 25 cuando la embarcación Angy había zarpado de Puerto Villamil hacia Puerto Ayora y se hundió a 2,5 millas náuticas de Bahía Tortuga.
El saldo de esta tragedia es cuatro fallecidos, dos ecuatorianos y dos extranjeros y 33 personas fueron rescatadas.
Alexandra contó que el zarpe de la lancha estaba previsto para las 15:00. Dos horas habría tomado el viaje hasta Puerto Ayora (Santa Cruz).
La embarcación salió a las 15:30 porque se esperó a los pasajeros y se realizaron arreglos al motor poco antes de zarpar.
“Los motores estaban dañados. Yo me comuniqué con el operador de la lancha y le dije: Estamos mal con la lancha, es preferible que nos regresemos antes de que nos vengamos a Puerto Ayora, manda una lancha o permite que nos regresemos porque vamos a seguir navegando y es complicado”, relató.
Ella dijo que como respuesta le dijeron que sí iban a llegar, que se iba a poner una especie de condensador y que con eso comenzaría a pasar la energía al motor.
Poco después, a las 16:07, la lancha se apagó a 37 minutos de haber zarpado. En el motor del lado derecho se levantó una parte y luego comenzó a humear.
A la altura de unos puntos que se llaman Los Cuatro Hermanos y justo al salir del último punto para llegar a Santa Cruz se apagó el último motor.
La lancha con el combustible llegó al sitio las 19:15, unos 45 minutos más tarde. Para ese
Momento la embarcación estaba llena de agua, refirió Alexandra.
Las olas habían envuelto al barco y había ingresado agua al interior. En ese momento, aunque los pasajeros empezaron a sacar el agua con baldes, la parte de atrás de la lancha estaba hundiéndose poco a poco por el peso de los motores y de la gente que empezó a ponerse en ese lado del bote.
El pánico se apoderó de los pasajeros porque no había chalecos salvavidas y había personas que no sabían nadar.
Desde la embarcación que llevó el combustible se lanzaron chalecos para ayudar a las personas que estaban nadando. Lara dijo que una señora que murió era de las personas que decían que no sabían nadar.